Desde hace algún tiempo, algunos neuropsicólogos han descubierto que nuestros procesos mentales pueden verse sutilmente alterados por determinadas condiciones externas. Así, por ejemplo, se ha comprobado que cuando sostenemos una bebida caliente, nuestro interlocutor nos parece más cercano, mientras que si la bebida es fría, nos parece más distante. O que si llevamos una carpeta pesada, nos sentimos más importantes.

En el segundo experimento, Galinzky reunió a 74 estudiantes y les dio tres opciones: llevar una bata de médico, una de pintor o simplemente mirar la de doctor. Después les sometió a una prueba de atención que consistía en encontrar las diferencias entre dos cuadros en el menor tiempo posible. Aquellos a los que dijeron que llevaban la bata de médico - que era idéntica a la de pintor- encontraron más diferencias. Los otros dos grupos encontraron significativamente menos diferencias.
La conclusión de estas pruebas y otras similares, según este equipo, es que ponerse determinada ropa cambia el estado psicológico de los sujetos. Muchos de los que se han disfrazado alguna vez para Halloween, argumentan, han sentido esta sensación de cambio mental, aunque sea jugando. Pero, ¿qué sucede en el cerebro de una persona cuando uno lleva las 24 horas del día el traje de cura o de policía?, se preguntan. Aún no hay respuesta pero prometen seguir investigando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario